Juan Belda sigue

Per Juan Vanrell Nadal

Me llamó Manolo Latorre con la noticia triste del óbito de Juan Belda. Quedé profundamente apenado. Con la partida de Juan hemos perdido a un valioso y entusiasta adalid del valencianismo.

Juan era un baluarte inquebrantable. Su realidad vital era su Trabajo, su Familia y su Valencia. De todo ello, amigos del Grup y Coalició, sabéis mucho más que yo, ya que mi trato con él ha sido en el ocaso de su vida.

Lo conocí por primera vez en la grandiosa manifestación valencianista del 5 de noviembre de 2005. Ignorándolo yo, era un fan convencido de mis artículos, publicados entonces en “DIARIO DE VALENCIA”, malogrado y desaparecido igual que su encomiable sucesor “VALÉNCIA HUI”. Como tal fan supuso, y supuso bien, que yo estaría en la Manifestación. Había confeccionado al efecto una bandera balear. Me la ofreció y junto a mí la enarboló vibrantemente. Juntos coreábamos enardecidos el grito unánime que atronaba las calles de Colón y Navarro Reverter “¡¡¡SOM VALENCIANS, MAI CATALANS!!!”. En la foto tomada al grupo que arropaba a García Sentandreu en su vibrante y contundente Manifiesto Valencianista, en la escalinata del riu, en la Plaza América, allí está él, junto a mí, luciendo dicha bandera. Para futuros actos confeccionó otra mayor y mejor. “¡Ché, me decía, n’i ha dret de lo que vos han fet als mallorquins!”. Es que Juan tenía también especial afecto a Mallorca. Por razones de trabajo iba bastantes veces. Hasta creo haberle oído comentar que allí prestó su servicio militar.

La verdad es que Juan era todo entusiasmo y entrega servicial. En cada acto del Grup, allí estaba él vibrando de amor valencianista, fotografiando el evento. A los pocos días me llamaba para entregarme las fotos en las que yo aparecía. Gracias a él tengo testimonio perenne de mi presencia en todos los actos del Grup y Coalició.

Como he dicho muchas veces, el “PREMI LLEALTAT”, que el Grup me concedió en 2009, me llegó al alma. No sabéis bien, bons valencians, cuánto lo aprecio y cuánto os lo agradezco. Juan fue el que hizo el Diploma en forma de pergamino. Es todo una obra de arte. Es que Juan, como buen valenciano, tenía alma de artista. Era un verdadero maestro en el arte del dibujo. En el cuadro plasmó simbólicamente mi mallorquinidad, con la catedral y castillo de Bellver de fondo, y mi valencianidad, con la señera al viento y el anagrama del Grup. Mallorca y Valencia, Valencia y Mallorca, en total fusión de ideales patrios comunes. ¡Gracias, Juan! Está expuesto en casa en lugar preferente, junto a mi hija Beatriz.

Éste, a grandes rasgos, es el Juan Belda que conocí. Me había prometido que el pasado 22 de octubre estaría en Mallorca para celebrar con “s’Acadèmi” el “DÍA DE HOMENAJE A LA LENGUA BALEAR”. No pudo llegar. Esto sí, le haría muy feliz saber que allí estuvieron presentes muchos representantes del Grup, capitaneados por Juan García Sentandreu y Manolo Latorre, que, como siempre, dejaron muy alto el honor y la hidalguía de Valencia.

Este Juan dinámico, servicial, alegre, entusiasta, inasequible al desaliento y ¡valencianista! No se ha ido, SIGUE. Juan Pablo II nos lo explicó luminosamente: “El cielo no es un lugar, es una situación espiritual en la que nuestras almas, libres de todo mal, gozan en plenitud del esplendor del Creador, que es todo espíritu”. Juan, en espíritu, sigue siendo el gran valenciano que siempre fue. Como me dijo su hija al abrazarla y despedirme: “Mi padre seguirá defendiéndonos desde el cielo”…

Sí, desde “la habitación de al lado” sigue con nosotros y nos dice: “¡Joan, Manolo, Nelo y demes amics del Grup yo continue en tots vosatros. Endavant!

Gracias, Juan Belda, por el ejemplo de tu valencianía, por la alegría de tu servicio, por el regalo de tu amistad.

Juan Vanrell Nadal. Catedrático de Francés. Pte. de la Acadèmi de sa Llengo Baléà.

cites

Los mallorquines hablan una lengua que es tan antigua como el inglés y más pura que el catalán o el provenzal, sus parientes más cercanos.
Robert Graves